María, una vecina del paraje La Esperanza, ubicado al oeste de La Cocha (a orillas de la ruta 334 que conduce a Taco Ralo), alumbró a su bebita en medio del agua.
Fue hace dos semanas, según contó el intendente Leopoldo Rodríguez, cuando una fuerte y prolongada tormenta produjo el desborde de canales y acequias que anegaron casas y la carretera de acceso al lugar.
En la mañana la mujer sintió los primeros dolores de contracción. Entonces habló por teléfono al hospital para que fueran a rescatarla de su vivienda, acorralada por una fuerte e interminable correntada. Pero la ambulancia ni los médicos podían llegar hasta el lugar.
Un enfermero del hospital de La Cocha finalmente pudo acercarse con ayuda de personal de la Municipalidad local. Y tuvo que asistir a María cuando el alumbramiento estaba avanzado. Esta historia es una de las tantas de padecimientos que se desprenden de las poblaciones golpeadas por las inundaciones. Cientos de estos vecinos continúan aislados. “Fue un hecho que nos puso en apuros. La gente se arriesgó para lograr sacar del lugar a la mujer, que ya había tenido una nenita. El gomón que se llevó no se lo podía dominar por la correntada. Afortunadamente todo terminó bien. Se la logró trasladar al hospital”, comentó el funcionario. En el departamento La Cocha se estima que unas 600 familias resultaron damnificadas por las últimas inundaciones. Pertenecen a los parajes ubicados a orilla de la ruta 334, San Ignacio, Los Pizarro, El Sacrificio, Yánima y Rumi Punco.
Caminos destruidos
Aún permanecen aislados pobladores de Alto El Puesto y El Mistol. En la zona, los trabajos que lleva adelante personal de Vialidad de la provincia, son suspendidos permanentemente al persistir las lluvias. El camino que conduce a Alto El Puesto exhibe profundo socavones. Ahí se encuentra la escuela 363. “No sólo estamos tratando de solucionar los problemas de la gente que sufrió pérdidas de bienes, sino también de los caminos que quedaron destruidos. Se trata de avanzar en lo posible”, comentó la comisionada comunal Genoveva Juárez, de El Sacrificio.
“También estoy hablando con los productores a fin de que colaboren con el desagüe correcto de sus fincas. No es posible que orienten el curso de agua hacia las zonas pobladas” agregó. La funcionaria sostiene que la tala indiscriminada y la irresponsabilidad de los productores son los factores principales de las serias inundaciones que vienen soportando El Sacrificio y La Invernada en los últimos años.